Hola! Si llegaste a este post es muy posible que te encuentres angustiada por que tienes unos días sintiendo que tu bebé “ya no llena” con tu leche, se muestra irritable, se pelea con el pecho, no duerme bien, come constantemente y muchas veces de forma rara (pegándose y despegándose) y seguramente además le agregamos que tus pechos ya no se sienten llenos como hace unos días los sentías ¿cierto?
Déjame te doy una buena noticia, la leche materna cuando la mamá da el pecho a demanda y NO mete absolutamente ninguna complemento JAMÁS se acaba o se reduce! Es imposible, lo PROMETO! Lo que está sucediendo con tu bebé es que está en un brote, bache o crisis de crecimiento donde por unos días se comportará más demandante pues necesita aumentar la cantidad de leche que hay en tu pecho para que él pueda crecer. Cuando lo logre, regresará a ser el bebé que siempre era, mucha paciencia y te pido NO caigas en la tentación de darle un biberón para que se calme pues esta si pudiera ser la causa por la cual tu producción baje muchísimo!
Entonces, recapitulando; que el bebé llore y se ponga inquieto mientras toma el pecho cuando hasta hace unos días no lo hacía, que demande cada vez más seguido que antes, pero tome menos tiempo, y que la mamá sienta que sus pechos están más blandos y crea que no tiene suficiente leche, es una situación que a muchas les toca atravesar y que, por lo general, tiene que ver con las “crisis o brotes de crecimiento” del bebé.
Ahora, el bebé necesita generar una producción diferente en la mamá, que va también a generar una leche de otro tipo de calidad, no porque sea mejor que la que está produciendo, sino porque va a tener los componentes adecuados para el crecimiento y la edad de este bebé que se la está pidiendo.
Como todos los bebés las experimentan en edades parecidas, es posible identificarlas y estar preparadas. Aproximadamente ocurren a las 3 semanas, a las 6 y 9 semanas, a los 3 y 6 meses de vida así como al llegar al año; pero esto no es exacto y puede variar en función de cada bebé y cada mamá.
Planeta Mamá describe de forma muy adecuada como son estas crisis por lo cual voy a transcribirte su información para que la leas y te sientas mas tranquila:
A las 3 semanas
Hay mamás que se encuentran con que, de un día para el otro, su bebé aumenta la demanda, no pasan dos horas sin que quiera tomar de nuevo, le cuesta más dormir que antes y solo se calma prendido al pecho. En ocasiones comen en “tanda” por varias horas (de las cuales pueden estar inquietos varias) y después pueden estar sin pedir de comer algunas horas más espaciadas. Esto es NORMAL.
Todo esto lleva a que muchas piensen que no tienen suficiente leche y que su bebé está pasando hambre, sobre todo si los pechos están más blandos (en esta tercera semana la mayoría de mamás aún sienten el pecho ingurgitado, saben que tienen leche pero pareciera que el bebé no llena como antes. Entonces, muchas veces deciden incorporar leche de fórmula o abandonar la lactancia definitivamente. Piensan que algo está mal en ellas y no es así, es simplemente parte de el desarrollo normal del bebé.
Sin embargo, aunque sea agotador, es importante continuar con la lactancia exclusiva porque esto se debe a que el bebé está pasando por una de las “crisis o brotes de crecimiento” y necesita aumentar la cantidad de leche que fabrica la madre.
Como el pecho fabrica en función de la demanda, la única manera que tiene el bebé de aumentar la producción es prenderse más seguido al pecho.
Esta situación suele extenderse durante 5-7 días, aproximadamente; a veces un poquito más (no son todas las tomas las que pelean, pero si en varias). Una vez pasado este tiempo, y si la mamá respondió a la frecuencia demandada por su bebé, el cuerpo registra la cantidad y calidad que el bebé necesita y la lactancia vuelve a los parámetros anteriores.
Al mes y medio
La segunda crisis llega hacia el mes y medio de vida. En ese momento, el bebé vuelve a experimentar una mayor necesidad de leche y, como en el caso anterior, comienza a demandar más seguido.
Esto suele venir acompañado de una actitud distinta: el bebé se pone inquieto cuando está al pecho, lo suelta y vuelve a prenderse, llora, se pone tenso, arquea la espalda y/o tensa las piernas (aún prendido al pecho) como si no le gustara lo que está pasando.
Como en la crisis anterior, todo vuelve a la normalidad pasados unos días (en este caso, alrededor de una semana) y la lactancia recupera sus patrones habituales.
A los 3 meses
En el caso de la crisis de los 3 meses, como se trata de un bebé que ya no es recién nacido, hay otras características que se agregan: el bebé ya no demanda tanto, cuando toma, lo hace durante escasos minutos y se distrae fácilmente, además, llora al poco tiempo de haber empezado a tomar, aumenta menos de peso (lo cual es esperable), se succiona la mano o los dedos -señal que puede ser interpretada como hambre- y hasta hace menos deposiciones que antes.
Si encima la madre nota sus pechos más blandos, puede que crea que el bebé necesita un suplemento porque ya no le alcanza con lo que produce y así comienza la lactancia mixta, que muchas veces termina en el abandono de la lactancia materna. Sin embargo, esta crisis, así como las anteriores, es completamente superable si se la entiende como tal:
A partir de los 3 meses los bebés logran tomar en pocos minutos lo que antes les costaba más y por eso puede que estén menos tiempo prendidos al pecho, lo que no significa que lo estén rechazando.
A esta edad, el cerebro se está desarrollando rápidamente y sus sentidos se agudizan. Ahora el bebé no solo ve mucho más sino que percibe los sonidos mucho mejor y todo esto le abre las puertas a un nuevo mundo por conocer. Por eso, mientras toma el pecho se distrae fácilmente ante distintos estímulos, como la voz de su madre o de su padre, las luces de la televisión, e incluso ante el rostro de mamá al que, muchas veces, entre toma y toma, se detiene a sonreír.
Ahora llora cuando toma el pecho y pareciera que no logra sacar la leche que necesita. También es posible que la madre perciba menos la bajada de leche (que ya no sienta presión en el pezón cuando esto sucede o goteo en el otro pecho).
Esto tiene una simple explicación: las glándulas mamarias ahora están preparadas para producir leche cuando el bebé lo necesite, en unos minutos de succión se desencadena el reflejo de eyección. Esta demora puede impacientarlo porque antes no ocurría y ahora debe aprender a esperar su alimento.
Por otro lado, es normal que a esta altura la mamá ya no sienta la presión de la bajada de la leche, sus pechos no goteen y no estén hinchados. Nada de esto significa que estén “vacíos” o que no produzcan más leche, al contrario, la leche se produce por efecto de la demanda del bebé.
Y bueno ¿cómo resuelvo la crisis?
Pues ante todo MUCHA Paciencia, te pido confíes en tu cuerpo como venias haciendo; solo serán unos días en los que tu bebé logra estabilizar la producción, después todo volverá a la normalidad. Sirve mucho amamantar al bebé en lugares tranquilos, sin muchos estímulos que los distraigan y te recomiendo tambien NO esperes a que el bebé llore para amamantarlo recuerda que el llanto es un aviso tardío de que tu bebé tenia hambre y esto no ayuda a que mame bien, al contrario los bebés cuando ya lloran por hambre es complicado ponerlos al pecho a mamar.
Un abrazo fuerte y mucho ánimo para estos días cansados!